Sunday, March 14, 2010

¿Pacto Nacional o herramientas de tortura?

Una de las cosas más curiosas que he observado últimamente mirando la televisión, es que mientras ha habido muchos comentarios relacionados a propósito de poner en marcha un Fondo Monetario Europeo, parece que nadie ha sentido la necesidad de explicar cuáles serán los primeros clientes de esta entidad, ni mucho menos se ha atrevido a nombrar el país que tiene muchos números de encabezar la lista de invitados a la fiesta: el Reino de España.

Semejante lapsus ya lo voy a corregir yo, en este espacio. Es evidente que el nombre de Grecia está en la mente de todos, pero el de España no queda demasiado atrás, ni tiene razones de sentir ningún tipo de envidia por el tratamiento especial que Grecia está recibiendo en estos momentos.

Según el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble, la propuesta de crear un Fondo Monetario Europeo será respaldado por sanciones bastante severas en el intento por hacer que los paises cumplan la disciplina presupuestaria y, de hecho, quien no cumpla puede enfrentarse a la expulsión de la zona euro "como último recurso".

Como el Financial Times señala en un editorial , Wolfgang Schäuble, parece más preocupado por la estabilidad que por el crecimiento, ya que quiere crear la nueva estructura de supervisión económica destinada a preservar el "equilibrio interno de la zona euro", donde el énfasis se pone en la rectitud fiscal, mientras que hay pocos indicios de cómo las economías de la periferia de Europa van a encontrar su camino de regreso al crecimiento.

La parte más importante de la propuesta del señor Schäuble se encuentra en un conjunto de nuevos instrumentos destinados a impedir que los países de la zona euro acumulen grandes déficits fiscales. De hecho, en su artículo el Ministro revela hasta donde los halcones fiscales de Berlín están dispuestos a llegar en su determinación de imponer el rigor fiscal, amenazando incluso en negar el acceso a los fondos de cohesión de la Unión Europea, la eliminación de derechos de voto en las comisiones ministeriales e incluso la suspensión, en el peor de los casos, de la pertenencia a la zona del euro.

Gideon Rachman en su Blog del Financial Times va directamente al grano de la cuestión en un artículo, adequadamente titulado la camera de tortura de Wolfgang Schäuble, donde dice:


"¿Podría ser que el señor Schäuble en realidad quisiera convencer a los griegos
y a otros posibles malhechores que el costo de permanecer en la zona del euro es
prohibitivamente alto? Porque mas allá de su declaración de que "no hay
alternativa a la unión monetaria", el ministro de Finanzas alemán en realidad
plantea otra alternativa en la cual los países débiles deberían ser expulsados
del euro. Él escribe - "Si un miembro de la zona del euro se encuentra incapaz,
en última instancia, de consolidar sus presupuestos o restablecer su
competitividad, el país debería, como último recurso, salir de la unión
monetaria." Él no dice puede, dice debería. Esto me parece decisivo. En esencia,
el gobierno alemán está proponiendo que se expulsen a los débiles de la zona
euro". "

El verdadero problema con todo esto es que el diagnóstico que se encuentra detrás de sus propuestas es, con toda probabilidad, equivocado. No todos los países de la periferia de Europa están sufriendo del mismo problema, y no todos ellos han ido derrochando desde el punto de vista fiscal en el pasado, y aunque todos los países más vulnerables necesitan tomar medidas para corregir su gran déficit fiscal, esto por sí solo no restablecerá el crecimiento. Lo que si que hará es elevar la temperatura política sustancialmente en los países afectados, y además el proceso puede resultar bastante doloroso, y por eso, no sin razon, el Señor Rachman nos habla del uso de los instrumentos de tortura.

Entonces, ¿cuál es la alternativa? El primer paso hacia un nuevo planteamiento sería que los respectivos gobiernos dejan de negar la gravedad de los problemas a los que se enfrentan sus países.



Por lo tanto, ellos deben aceptar el hecho de que volver a los déficits dentro del límite del 3% en el 2013 implicaría un crecimiento negativo durante todo el periodo de ajuste, y no, como pasa ahora, presentar-nos con cifras de crecimiento economico que proceden más de los sueños de una Alicia perdida en el país de las maravillas que de cualquier tipo de análisis sensato de las posibilidades reales. El miercoles que viene, quizas la respuesta de la Comisión Europea a las propuestas del govierno en su Programa de Estabilidad dara el primer toque de atención que nos conducira a la realidad.

De hecho, Daniel Gros, uno de los economistas que ha inspirado la propuesta de crear un fondo europeo, reconoce claramente esta realidad. En un estudio donde explica la gravedad de la crisis que espera a estos países, dice lo siguiente:

"El impacto del ajuste fiscal sobre la producción en todos los países implicados, a excepción de Italia, es sin duda tan grande como para ser políticamente inviable.... Para Grecia, por ejemplo, aun suponiendo una tasa de crecimiento subyacente tendencial del 3% anual, la caída prevista en el PIB seguiría siendo alrededor del 15% " (ver última columna en el siguiente gráfico, 24.6 - 9= 15, en el caso de un ajuste de 3 años).

Eso significaría, en el caso de España, una bajada del PIB de un 16,5% (ver gráfico) menos el crecimiento tendencial, que en la actualidad, después de la caída de la construcción, es muy difícil de estimar pero en todo caso es muy inferior del 3% anual. Gros basa sus argumentos en la aplicación de un multiplicador keynesiano clásico (es decir, él intenta estimar el impacto que la reducción del gasto puede tener en la medida en que se propaga a través de toda la economía).



La realidad es que el sector privado de España (hogares y empresas) se encuentra más endeudado aún que el gobierno, y por lo tanto, una expansión significativa en su deuda es altamente improbable, lo que significa que unas tasas de crecimiento del consumo privado de alrededor del 2% durante el ajuste (como se presenta en el Programa de Estabilidad) son totalmente irreales.


Así que, como Daniel Gros pregunta, ¿qué pueden hacer Grecia, España, Portugal, Irlanda, etc. para escapar del círculo vicioso - tipo argentino - de mayores primas de riesgo y bajas perspectivas económicas al que se enfrentan? La única manera de hacerlo es hacer que estos países sean más competitivos y así estimular las exportaciones. Como Gros afirma:

"Esto sólo puede lograrse a través de una reducción de los salarios (o de los costos de producción) en el sector privado de entre 10 y 20%. Recortes en los salarios de este orden de magnitud se encontrarán con una resistencia popular fuerte. Semejantes cambios sólo podrían venir al final de un proceso muy doloroso, cuando el desempleo haya alcanzado cotas nunca antes vistas, o podrían llegar mucho antes, como resultado de un pacto de estado en el que el gobierno, los partidos de la oposición y los interlocutores sociales estén de acuerdo en lo que se necesita en las circunstancias actuales".


Así que existe, pues, una alternativa. No todos tenemos que ir a visitar la cámara de tortura. Lo que necesitamos hacer es tratar de simular una devaluación externa a través de una vía interna. Ésta seguramente no sería indolora del todo (además, los bancos no estarían nada contentos, debido al impacto en sus balances), pero es la única manera razonable de salir adelante si España quiere mantener su participación en la zona euro frente al endurecimiento del discurso alemán.

Y en cuanto a Alemania, sólo mirando la tabla inferior, es fácil de ver que el déficit por cuenta corriente en el sur de Europa tiene su reflejo en el superávit alemán. Conformándose con ejercer una presión fiscal inaguantable sobre sus propios socios en la zona euro, Alemania sólo conseguiría enviarse a sí mismo, una vez más, a la recesión (y como sostengo aquí, bien pudiera haber sucedido ya).



Y la propuesta alemana no ha permanecido sin respuesta por mucho tiempo. Hoy mismo, y otra vez des de las páginas del Financial Times, la Ministra de Financias francesa Christine Lagarde lo deja claro, los superavits de comercio alemán, edificados sobre mantener los costes laborales en un apretón hacen insostenible el ajuste por parte de otros paises de la zona euro.

"¿[Podrían] los que tienen superavits hacer un poquito para ayudar? Se necesitan dos para bailar un tango ", dijo en una entrevista "No puede ser que esto sólo se trate de la aplicación de unos principios de déficit. Es evidente que Alemania ha hecho un trabajo increíblemente bueno durante los últimos 10 años, una mejora de la competitividad y una presión muy alta sobre sus costes laborales. Cuando miramos los costes laborales unitarios a Alemania, vemos que han hecho un gran trabajo en ese sentido. Pero no estoy seguro de que este sea un modelo sostenible a largo plazo para el conjunto del grupo. Es evidente que necesitamos una mejor convergencia entre paises. "

Evidentemente, todas las partes tienen un interés común aquí - tanto a nivel de estado como a nivel de la Comunidad Europea. Podemos hacer este ajuste de la manera más difícil, o entre todos podemos hacerlo de la manera más fácil, ¿qué prefiere? Para poder hacer esa elección los españoles necesitan estar bien informados sobre el alcance real de su situación, y para poder tomar la decisión sabia necesitan "entrar en razón" que la culpa y la responsibilidad aqui la tenemos entre todos, ya que las fórmulas para salir de la crisis sin dolor ahora han quedado atrás, debido a los casi tres años de inactividad total desde su inicio.

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